Ingredientes
Hojaldre
Azúcar
Cómo hacer palmeritas de hojaldre
Para preparar las Palmeritas de hojaldre, tenemos que abrir el hojaldre, ya viene estirado, y poner sobre un papel de horno, nos vale el mismo que trae el hojaldre. Partimos de un rectángulo, con los lados más altos en vertical, espolvoreamos generosamente toda la superficie con azúcar y doblamos los lados hacía el centro. Volvemos a espolvorear todo el hojaldre con azúcar, y doblamos de nuevo, cada lateral hacía el centro. De nuevo, espolvoreamos generosamente con azúcar y plegamos. Con la ayuda del papel, apretamos un poco redondeándolo y poniéndole azúcar. Si queréis que el hojaldre se quede bien impregnado del azúcar, cada vez que se lo pongáis podéis repasar el hojaldre con un rodillo, pero sin presionar mucho, aunque si apretáis ligeramente con las manos, es suficiente.
Una vez que tenemos este rulo, con el cuchillo cortamos rodajas, que disponemos en la bandeja de horno, sobre papel o lámina de silicona, separadas entre sí. Con la hoja del cuchillo o con la palma de la mano, las aplanamos. Introducimos en el horno, precalentado, a 200ºC, unos ocho minutos o hasta que veáis que están doradas (podéis ver el color en la imagen).
En este momento, abrimos el horno y con cuidado les damos la vuelta a todas las palmeritas, dejamos que se horneen unos dos o tres minutos más.
Animaros a preparar estas Palmeritas de hojaldre. porque son un bocado ¡exquisito! y os van a sacar de más de un apuro.
Cupcakes El Monstruo de las Galletas
Ingredientes: Para decorar 12 cupcakes
165 g mantequilla o margarina a temperatura ambiente
430 g azúcar glas tamizado
½ cucharadita de esencia al gusto
Colorante alimentario en gel o en pasta, azul
Entre 25 y 50 ml leche (según la temperatura de la mantequilla)
Cómo hacer cupcakes de “El Monstruo de las Galletas”
En la Kitchen Aid con el accesorio de palas planas, batir la mantequilla a velocidad 5 hasta que esté totalmente suave (cuanto más frío haga, más tiempo habrá que batir). Bajar con una espátula de cocina de los bordes y las varillas de la Kitchen Aid las veces que sean necesarias.
Añadir una cuarta parte del azúcar (unas 5 cucharadas), batir a velocidad progresiva 5, añadir otra cuarta parte y batir de nuevo. Añadir la esencia (opcional) y el colorante (opcional).
Añadir un poco de leche y continuar batiendo. Añadir otra cuarta parte de azúcar, batir, añadir el resto del azúcar y batir. Añadir la leche necesaria hasta alcanzar la consistencia deseada y si se desea colorante en gel. Batir un minuto a velocidad 3. Si no queda suave, seguramente se deba a que la mantequilla no estaba totalmente suave antes de añadir el resto de ingredientes.
Si no se mantiene firme al ponerlo sobre los cupcakes, es que tiene demasiado líquido (en este caso añadir azúcar glas y batir bien) o está demasiado caliente (en este caso ponerlo en el frigorífico 15-20 minutos).
Si no tenéis Kitchen Aid podéis utilizar una batidora eléctrica de mano variando los tiempos hasta alcanzar la consistencia deseada.
Fresas con nata
Ingredientes:
200 ml de nata líquida (crema de leche) para montar 35% mat. grasa
60 g de azúcar glass
Fresas o fresones
Cómo hacer fresas con nata
Lavamos muy bien las fresas y las secamos. Las cortamos en trozos más o menos pequeños (a mi me gustan más bien grandes cortándolas solo por la mitad). Montamos la nata como os explicamos más abajo.
Ponemos las fresas en copas o boles y con una manga pastelera echamos la nata montada por encima. Adornamos con algunas fresas y decoramos si nos gusta con una hojita de menta por ejemplo.
Veréis que la receta en sí no tiene misterio, aunque sí lo tiene el montar nata, por lo que ahora os vamos a explicar cómo hacerlo y cuáles son los trucos para que os salga una nata montada perfecta.
Antes de comenzar con los trucos de cocina y con la receta, debemos saber algo más sobre la nata…
¿Qué es la nata?
La nata es una sustancia de consistencia grasa que se encuentra en la leche recién ordeñada o cruda, es decir, en estado natural y que no ha pasado por ningún proceso artificial que elimina elementos grasos. Esta sustancia se separa mediante un proceso de centrifugado, y se envasa por separado para ser utilizada en gastronomía.
De acuerda a la proporción de grasa que contiene, se distinguen distintos tipos; la nata que se utiliza para montar debe tener al menos un 30% de contenido graso, pero lo ideal es que ronde el 40%. Esto se debe a que es la materia grasa la ‟responsable” de que la nata monte.
¿Cómo montar nata?
Para que la nata montada quede bien y firme, tened en cuenta estos consejos:
La importancia del frío al montar nata: Para montar la nata es muy importante que esté bien fría, antes de comenzar debemos poner en la nevera la nata y el bol metálico o de cristal al menos 1 hora o quince minutos en el congelador. Mientras la montamos, la nata debe mantenerse fría, con una temperatura de entre 5º y 10º, por lo que es aconsejable poner el bol con la nata dentro de otro más grande que tenga hielo.
Cómo batir: Comenzamos a montar la nata batiendo sin agregar el azúcar, veréis como poco a poco (con la batidora eléctrica en 3–4 minutos) se irá inflando. Es aconsejable girar las varillas siempre en la misma dirección y subir y bajar las varillas para introducir aire. Como os decíamos empezáis a batir sin echar el azúcar, y cuando coja algo de cuerpo echáis la mitad del azúcar y seguís batiendo hasta que forme picos.
¿A mano o con la batidora?… Si batís a mano con unas varillas metálicas, tardaréis más y sin duda cansa, pero la nata montará con más volumen. Si batís con la batidora eléctrica tardaréis mucho menos pero la nata montará menos y además es fácil pasarse y cortarla, por lo que debéis estar más atentos.
Azúcar: Si queremos preparar crema chantilly, o sea nata montada bien dulce, cuando esté casi montada debemos agregar el azúcar glass, dos o tres cucharadas a la vez. La cantidad de azúcar depende de los gustos, la proporción habitual es de 6 cucharadas por cada 250 ml. de nata.
Cómo saber si la nata está montada: Sabremos que la nata está perfectamente montada, cuando al dar vuelta el bol, la nata no se vuelque y quede firme.
No te pases batiendo: Si continuamos batiendo después de que la nata haya montado corremos el riesgo de que se corte porque la parte grasa se separa de la líquida, formando grumos de materia grasa. Si os sucede esto, la nata es irrecuperable, pero… ¡habréis fabricado mantequilla! Si os ocurre esto escurrid el suero y aprovechad la mantequilla.
Trucos para que no baje: Si queréis que la nata montada se mantenga bien firme hay varios trucos, por ejemplo podéis utilizar gelatina neutra mojándola en agua fría (aproximadamente 2 láminas por cada 200ml de nata) durante 5 minutos. La escurrís y diluís en algo de nata líquida caliente, la dejáis enfriar y luego se la añadís poco a poco a la nata montada. Otro truco es utilizar 3 ó 4 cucharadas soperas de leche en polvo a la nata una vez montada, batiendo un poquito más para integrarla (recordad no pasaros batiendo). Igualmente podéis utilizar queso crema tipo Mascarpone, 2 ó 3 cucharadas, una vez montada, y batir una gotita más para integrarlo.
Conservación de la nata: Es muy importante conservar correctamente la nata. Debe estar siempre en la nevera, a temperatura constante y sin luces fuertes, bien cerrada. La exposición a la luz y al color puede desencadenar procesos químicos y bactéricos que alteran su sabor, volviéndola ácida. La nata montada se puede conservar un día en un recipiente con tapa, o cubierto con film transparente.
Cómo conservar las fresas
Uno de los problemas que tienen las fresas es que habitualmente hay que consumirlas rápido porque se estropean enseguida. Si queréis conservarlas en perfecto estado 3-4 días recordad sacarlas del envase y colocarlas en un recipiente una al lado de otras sin amontonarlas. No las lavéis ni les quitéis el pedúnculo antes de consumirlas. Si hay alguna pasada retiradla porque estropeará a las otras.
Croisants o Cruasanes caseros
Ingredientes
500 g de harina de media fuerza, harina 00 (250 gr de harina para hacer pan (panificable) y 250 gr de harina de fuerza, harina 000)
40 g de azúcar
10 g de sal
10 g de leche en polvo
25 g de mantequilla o margarina blanda
250 ml de agua fría
25 g de levadura prensada
280 g de mantequilla, para el plegado
1 huevo para pincelar
Harina para espolvorear la superficie de trabajo
Cómo hacer croissants
Lo primero que vamos a hacer es preparar la masa base, para ello en un poco del agua fría disolvemos la levadura y reservamos. Ponemos en un cuenco amplio la mezcla de las dos harinas, si no podéis hacer la mezcla, poned sólo harina de fuerza o harina OOO, los 25 gr de mantequilla, el agua fría, la sal, el azúcar y la leche en polvo y amasamos muy bien. Si tenéis panificadora o cualquier tipo de amasadora, utilizadla. Cuando la masa esté casi amasada, añadimos la levadura y terminamos de amasar, debemos obtener una masa lisa, firme y que cuando la toquemos esté muy suave. Formamos una bola, la tapamos con un paño y dejamos que repose a temperatura ambiente durante unos 30 minutos.
Espolvoreamos un poco de harina en la encimera, estiramos con el rodillo la bola de masa y formamos un rectángulo, la ponemos en una bandeja, tapamos con papel fim y la dejamos en la nevara, como mínimo unas dos horas.
Mientras, ponemos los 280 gr de mantequilla entre dos papeles de horno, y con la ayuda de un rodillo la estiramos, debe ser, más o menos, como la mitad de la masa que hemos estirado. Guardamos también en la nevera.
Sacamos la masa de la nevera, ponemos en la encimera que espolvoreamos con un poco de harina, encima colocamos la mantequilla, intentando que quede centrada. Doblamos la masa, plegando los laterales, tapando la mantequilla. Estiramos la masa, debe hacerse con cuidado, es decir, estiramos con el rodillo pero sin presionar demasiado, ya que entonces se rompería la masa y se nos saldría la mantequilla. Una vez que se ha estirado, dividimos la masa, mentalmente en tres, plegamos la izquierda hacía la central, y la derecha hacía la central. Tapamos con papel film y guardamos en la nevera unos 30 minutos.
Tenemos que hacer esta operación tres veces, cada vez que vayamos a estirar la masa, la giramos, es decir…si tenemos la masa en dirección vertical, la ponemos en horizontal. Mi truco, para acordarme, es que la guardo en la nevera en la posición en la que tengo que amasar.
Una vez que hemos hecho la operación de amasado y plegado tres veces, la estiramos con forma rectangular. Cortamos con un cuchillo, o si tenéis cortapizzas, trazando una línea vertical, dividiendo la masa en dos. Y cada una la cortamos en triángulos, cada triángulo será un cruasán. Para darle forma, con el cuchillo en la base, la parte más ancha, le damos un corte, abrimos un poco y enrollamos, dejando el pico arriba. Una vez que hemos formado todos, ponemos en la bandeja de horno, con papel de horno o papel sulfurizado, dejando una separación entre cada pieza ya que van a doblar su volumen. Tapamos con un paño y dejamos reposar hasta que leven.
Si ya estáis hartos de tantos levados, os entiendo, encended el horno a 50º C de temperatura, una vez que el horno ya esté caliente, pincelad los croissants con huevo batido. Meted la bandeja en el horno, apagad el horno, y dejadlos hasta que leven. Si por el contrario, no tenéis prisa, dejadlos en un lugar cálido, sin corrientes y esperad a que leven.
Una vez que han levado, los pincelamos con un poco de huevo, de nuevo, y los horneamos a 180º C unos 17 minutos, aproximadamente. Los dejamos enfriar sobre una rejilla y a disfrutar.
Fuente pequerecetas.com
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